Nuestra sociedad ha experimentado un gran cambio en los hábitos y costumbres de sus ciudadanos. La actividad física ha representado un auténtico fenómeno social en las últimas décadas. En el ámbito del deporte profesional hemos conquistado campeonatos y medalleros impensables para nuestras selecciones hace años, y en el ámbito popular, macroinstalaciones de fitness han surgido albergando a un abanico de población cada vez más amplio, la venta de servicios y productos deportivos ha evolucionado casi de forma exponencial y las carreras populares cada vez son más multitudinarias. La práctica de la actividad física es un acontecimiento social en progresión.

Hoy en día, ser activo, hacer ejercicio o estar inscrito en un club o centro deportivo, socialmente representa un estatus, un estilo de vida, una forma de estar representados en la sociedad. Hacer actividad física y llevar una vida saludable, nos sitúa en un estatus favorable en la sociedad. Tanto es así, que es una de las cuestiones de peso para muchas empresas y hasta incluso, para encontrar pareja.

Sin embargo, este cambio de hábitos en la población, este nuevo paradigma, ha sido tan rápido, que nuestra sociedad aún no está madura para encajar este estilo de vida activo y saludable como seria deseable. Los nuevos medios, equipamientos, suplementos y modelos de actividad física, han evolucionado mucho más rápido que nuestro conocimiento y sobretodo, aplicación. Pero no solo del público en general, sino también de los profesionales de la actividad física (entre los cuales me sitúo). Cuando han comenzado a proliferar los centros deportivos ya nos estaba viniendo el “Personal Training”, cuando estábamos equipando a nuestros centros con la última maquinaria de musculación y estábamos deshaciéndonos de las barras y mancuernas, ha llegado el “Functional training”, cuando estábamos comenzando a realizar estiramientos y cuidando nuestra espalda, llegó el método “Pilates”, cuando hemos descubierto que la dieta mediterránea ya nos abandono empujada por la Fast-food, nos llegaron los “alimentos funcionales, ayudas ergogénicas y nutraceuticos”… cuando estábamos cambiando el gimnasio por el “fitness”… (actividad fisica) nos llegó el concepto del “wellness”(calidad de vida). Curioso, aún no sabemos que  significa la palabra fitness exactamente, cuando nos llega el concepto wellness ¿alguien sabe la diferencia entre practicar fitness o wellness? Porque los nuevos centros lo ofertan pero aún no sabemos su significado y diferencia.

Nos han llegado multinacionales del mundo del gimnasio abriendo grandes cadenas de fitness, hemos equipado los centros con maquinaria estadounidenses, hemos aplicados modelos de clases colectivas de Nueva Zelanda, seguimos los criterios de la ACSM, nos equipamos con ropa técnica y calzado específico norteamericano, y utilizamos tecnología Finlandesa en nuestros pulsómetros. Deberíamos hacernos una pregunta ¿Por qué no equipamos los centros deportivos con maquinaria argentina? ¿Por qué no existen grandes cadenas nacionales? ¿Por qué no tenemos un modelo de actividad física basado en la población y sistema de argentino?  Quizás porque las ciencias del deporte no han sido desarrolladas y apoyadas hasta hace bien poco, quizás sea porque no ha habido apoyo a la investigación en equipamientos deportivos de una forma significativa, quizás porque la Educación Física que hemos tenido las últimas generaciones ha sido la del “pito y la pelota”. ¿Cómo pretendemos hacer funcionar todo un modelo de actividad física proveniente de países con un grado de desarrollo tan alto, en una sociedad que apenas ha tenido acceso a la Educación Física? Es como si pretendemos crear una biblioteca en un lugar donde las personas apenas saben leer y escribir, admitámoslo, “no tenemos Educación Física”. Si visitamos EE.UU. ú otros países Europeos como Noruega, Alemania o Inglaterra, podremos observar la gran diferencia de cultura deportiva que existe con respecto a nuestro pais. Cuando un ciudadano de estos países decide realizar actividad física, ya posee unos conocimientos básicos como para llevar una vida activa y saludable de forma autónoma, en nuestro país una vez que accedemos al desconocido mundo del gimnasio necesitamos a un técnico que nos haga una “tabla” y nos diga que hacer en esa jungla de aparatos desconocidos, para que luego las estadísticas se cumplan y a los tres meses el 50% abandone la práctica deportiva, seguramente por una mala experiencia y diciendo esa frase tan socorrida de “esto no es para mi” y con toda probabilidad, llevando razón, habrá tenido una mala experiencia, sus expectativas no se han visto cumplidas y sinceramente ese modelo que ha experimentado… no era para él. O al menos no estaba preparado, al igual que tampoco lo estaba la población analfabeta para ir a la biblioteca.

Queremos importar modelos anglosajones cuando no tenemos su cultura deportiva ni mucho menos su “educación física”. Hoy en día, en nuestra sistema pedagógico, la asignatura de Educación Física , mientras que en muchos países de Europa ya representa un pilar fundamental en la educación cívica de cualquier alumno.

Las personas continúan llegado a los centros deportivos sin conocer aspectos fundamentales de educación física tan elementales como: cuando un trabajo es aeróbico y cuando es anaeróbico, que grupos musculares se ven implicados en ciertos movimientos, cuales son los criterios en una clase dirigida, elegir el mejor equipamiento, etc.

Por todo esto, por esta visión que la experiencia me ha hecho reflejar en este primer post, creo sinceramente que el verdadero reto de los profesionales de la de actividad física ya sea en un centro de fitness, en una clase de Educación Física o desde un medio de comunicación (como es mi caso), consiste no tanto en entrenar, sino en EDUCAR. No deberíamos centrarnos tanto en qué hacer, sino en cómo hacer, pero quisiera ir aún mas allá y creo que lo mas importante es llegar a entender porqué hacer. Hoy en día la mayoría de las personas saben que quieren hacer, cada vez mas personas saben como lo han de hacer, pero muy pocas personas llegan a comprender porque necesitan hacer ejercicio.  Preguntemos ; ¿Qué estoy haciendo? ¿Cómo lo estoy haciendo? Pero sobretodo… ¿Por qué lo estoy haciendo?

Creo que el primer objetivo profesional y moral de este sitio es el de transmitir no solo una opinión de cómo está nuestro modelo deportivo, sino además “abrir los ojos” observar qué nos está aconteciendo, como estamos adaptándonos a estos cambios tan veloces y porque debemos hacer un determinado tipo de ejercicio. Creo que es una obligación profesional y que tengo la suerte de trabajar en este sector, la de exponer experiencias que nos hagan reflexionar y sobretodo REACCIONAR, saber lo que queremos, exigir y exigirnos lo que necesitamos para conseguir nuestros objetivos de salud y bienestar. Desde esta posición de moderador de este sitio y permitiéndome el expresar mi opinión PERSONAL, PARTICUALR Y SUBJETIVA de este campo de la actividad física, expondré casos, experiencias personales como profesional, usuario y practicante, que nos den un poco de luz, que nos eduquen mas que nos entrenen, que nos ayuden a comprender la realidad que estamos viviendo y experimentando, de progresar en el conocimiento para sacar el máximo partido, beneficio a nuestro tiempo y esfuerzo para llevar esa vida activa y saludable que hemos decidido poner en práctica. Tenemos la suerte de vivir en un país donde se puede hacer deporte al aire libre, donde tenemos una gastronomía popular que invita a ser activos y saludables, aprovechemos estas oportunidades y no las dejemos pasar.

Por último, pero siempre como punto de partida, los invito, queridos lectores a participar activamente con comentarios, criticas y puntos de vista para enriquecer este sitio .Solamente con su aportación y reacción el objetivo de este lugar cumplirá su finalidad. Solo entre todos podremos llegar a comprender por qué hacemos lo que hacemos.