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PILATES Y PROBLEMAS NEUROLOGICOS

Podemos utilizar los conocimientos actuales de biomecánica para tratar, junto con el método Pilates, a pacientes con dolencias neurológicas como el Accidente Cerebro Vascular (ACV), Parkinson, esclerosis múltiples, traumatismo raquimedular, mielopatías, entre otras.
El método Pilates se torna una excelente opción para el tratamiento de disfunciones crónicas ya que proporciona al paciente un ambiente diferente y un desafío para la ejecución de ejercicios especializados; buscando el control y el aprendizaje motor de una forma más sencilla y placentera.

Aspectos generales del ACV

En esta nota, abordaremos una de estas dolencias: el Accidente Cerebro Vascular (ACV).
El ACV sucede cuando se interrumpe el flujo sanguíneo a una parte del cerebro, debido a que un vaso sanguíneo se bloquea o se rompe en dicho órgano.
Si el flujo sanguíneo se detiene más de unos pocos segundos, el cerebro no puede recibir sangre y oxígeno, y las células cerebrales pueden morir, causando un daño permanente.
Hay 2 tipos principales de ACV: el isquémico y el hemorrágico.
El ACV isquémico ocurre cuando un vaso sanguíneo que irriga sangre al cerebro resulta bloqueado por un coágulo de sangre, que puede producirse de dos maneras:

  • Se puede formar un coágulo en una arteria que ya está muy estrecha, lo que se denomina trombo. Si se bloquea la arteria completamente se denomina un accidente cerebrovascular trombótico.
  • Un coágulo se puede desprender de cualquier parte en el cuerpo y viajar hasta el cerebro para bloquear una arteria más pequeña. Esto se denomina embolia y causa un accidente cerebrovascular embólico.

El ACV hemorrágico ocurre cuando un vaso sanguíneo se dilata en una parte del cerebro y se rompe, provocando que la sangre se escape hacia el cerebro. El flujo de sangre, después de la ruptura del vaso sanguíneo, causa daños a las células cerebrales.

Riesgos
La hipertensión arterial es el principal factor de riesgo para los ACV. Otros factores a tener en cuenta son diabetes, cardiopatías, colesterol alto, fibroaleteo auricular y antecedentes familiares.
Ciertos medicamentos incrementan la formación de coágulos, como así también las píldoras anticonceptivas. Los hombres sufren más accidentes cerebrovasculares que las mujeres, aunque ellas tienen riesgos de sufrirlos durante el embarazo y en las semanas posteriores a dar a luz.

Síntomas
Los síntomas de un ACV dependen de la parte del cerebro que está dañada. En algunos casos, es posible que una persona ni siquiera se dé cuenta de que lo ha tenido. Los síntomas generalmente se presentan súbitamente y sin aviso alguno. Pueden ocasionar dolor de cabeza que comienza repentinamente, al estar acostados. Otros síntomas que dependen de la gravedad del ACV pueden ser:

  • Debilidad muscular en la cara, el brazo o la pierna (por lo general, en un solo lado).
  • Entumecimiento u hormigueo en un lado del cuerpo.
  • Problemas en el habla o para entender a otros.
  • Problemas con la visión (disminución de la vista, ver doble o ceguera total).
  • Problemas para caminar.
  • Pérdida de la coordinación.
  • Pérdida del equilibrio, etcétera,

 

EL ACV y un tratamiento eficiente

Las personas que han sufrido un ACV deben tratar de permanecer lo más activas físicamente posible.
El objetivo del tratamiento a largo plazo es ayudar al paciente a recuperar la mayor funcionalidad posible y prevenir futuros ACV. El tiempo de recuperación puede diferir de una persona a otra, dependiendo de los síntomas. La rehabilitación puede incluir terapia ocupacional. fisioterapia y logopedia. Tanto las terapias como los ejercicios de reposicionamiento y rango de movimiento pueden ayudar a prevenir complicaciones relacionadas con el ACV.

Se requiere de un programa de rehabilitación interdisciplinario integrado por un equipo que atienda los aspectos motores, como también el habla, los trastornos visuales, las actividades cotidianas, las secuelas incapacitantes como la espasticidad para que la persona afectada por un ACV pueda alcanzar un grado de independencia, retomar de sus actividades y mejorar su calidad de vida.
Los ejercicios de rehabilitación del Método Pilates deben ser cuidadosamente aplicados por un instructor idóneo o fisioterapeuta y supervisados por el equipo médico que asiste al paciente, quienes decidirán en qué fase del tratamiento podrán ser aplicados.
Se deberá intentar asistir al paciente, brindándole afecto y seguridad.
Algunos de los ejercicios que se sugiere trabajar con personas con secuelas de ACV son:

  • Ejercicios con bastones y balones, en los que se trabajen el equilibrio y la coordinación.
  • Ejercicios de fuerza para lograr mantener los músculos fuertes y lo más activos posible, inclusive si el paciente no camina.
  • Ejercicios de estiramientos para vencer la espasticidad.
  • Movilidad articular.
  • Estimulación.

Recordemos que siempre es conveniente planificar cada rutina con ejercicios progresivos ya que el proceso de rehabilitación es lento.
El Método Pilates cuenta con ejercicios aplicables en piso y con equipamientos adaptados y modificados a la condición física del paciente para colaborar en su recuperación.
No debemos olvidarnos que somos un eslabón más en esta tarea de rehabilitación, lo que nos compromete a capacitarnos constantemente.
Como educadores de la salud debemos ser cuidadosos, cuidando y acompañando a cada paciente en su tratamiento de rehabilitación, sabiendo que cada ser humano es diferente y cada uno de ellos tiene su propio tiempo de recuperación.
Se aconseja comenzar con una clase semanal de treinta minutos para evaluar la condición física del alumno y no causarle demasiada presión o exigencia. Luego se aumentará en forma progresiva de 2 a 3 veces por semana con clases de una hora, siempre considerando lo que indique su médico personal.

En esta hermosa tarea que desempeño como Instructora de Pilates siento una enorme satisfacción ante cada pequeño logro de mis alumnos y es un motor fundamental para continuar en este camino.
Dedico esta nota a mis alumnos que depositan día a día su confianza en mí.

 


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